MARCO
Caballero de montura furiosa con ojos crepusculares transparentes que se sumergen en una intensa margarita (aunque hubiese podido ser azucena), con disposición constante para introducirse en juntas dobles y luchas fantasiosas de mayúsculas proporciones con su repollito porotesco que osa ser una belleza latina de mirada bondadosa.
Un yo individual que sólo aparece en forma colectiva cuando se presenta en la duplicidad de su alma gemela en reuniones sociales de manera espontánea como lo es su risa contagiosa que se necesita en los ambientes de contertulios agradecidos de su visita encantadora.
Sudor húmedo que corre por tus poros difundidos en tu suave contextura de posición vertical y que se evapora al rozar el textil paño verde que le otorga su amada Dulcinea en pos de otro encuentro combatiente que en esta ocasión fue de conocimiento familiar y que sirvió para la introducción de un emblemático desayuno de un Domingo único, aquel de la despedida que en realidad fue la bienvenida del futuro que nos espera en el paisaje nortino de marejada azul y de turistas curiosos por la entrega incondicional de nuestro amor que no repara sitios ni arenas movedizas, pero que si tiene el fulgor apasionado de los amantes perdidos y del rojo luminoso de tus pómulos al son de una nueva entrada de la mujer que escuchó el ruidoso rugido de tu melena de león y del galope de la carrera más hermosa de nuestras vidas.
Bondad e inteligencia, calidez y generosidad, frescura e inocencia, valentía y timidez, cualidades todas imputables solamente al sentimiento grandilocuente de mi pequeño gran corazón.
Caballero de montura furiosa con ojos crepusculares transparentes que se sumergen en una intensa margarita (aunque hubiese podido ser azucena), con disposición constante para introducirse en juntas dobles y luchas fantasiosas de mayúsculas proporciones con su repollito porotesco que osa ser una belleza latina de mirada bondadosa.
Un yo individual que sólo aparece en forma colectiva cuando se presenta en la duplicidad de su alma gemela en reuniones sociales de manera espontánea como lo es su risa contagiosa que se necesita en los ambientes de contertulios agradecidos de su visita encantadora.
Sudor húmedo que corre por tus poros difundidos en tu suave contextura de posición vertical y que se evapora al rozar el textil paño verde que le otorga su amada Dulcinea en pos de otro encuentro combatiente que en esta ocasión fue de conocimiento familiar y que sirvió para la introducción de un emblemático desayuno de un Domingo único, aquel de la despedida que en realidad fue la bienvenida del futuro que nos espera en el paisaje nortino de marejada azul y de turistas curiosos por la entrega incondicional de nuestro amor que no repara sitios ni arenas movedizas, pero que si tiene el fulgor apasionado de los amantes perdidos y del rojo luminoso de tus pómulos al son de una nueva entrada de la mujer que escuchó el ruidoso rugido de tu melena de león y del galope de la carrera más hermosa de nuestras vidas.
Bondad e inteligencia, calidez y generosidad, frescura e inocencia, valentía y timidez, cualidades todas imputables solamente al sentimiento grandilocuente de mi pequeño gran corazón.
13 Comments:
At 9:57 a. m.,
Anónimo said…
¡¡¡Cuantos adjetivos!!!
At 11:03 a. m.,
paulina y marco said…
te amo, te amo, te amo
At 3:31 p. m.,
Anónimo said…
estremece
At 4:39 p. m.,
Anónimo said…
grande el comentario, me decian que ustedes eran intensos, pero son mas intensos de lo que hubiera pensado
At 1:00 p. m.,
Anónimo said…
erotico, por decir lo menos
At 4:01 p. m.,
paulina y marco said…
te amo muuuuuuuuuucho
At 7:46 p. m.,
Anónimo said…
de verdad, me excitaste! Estoy que llamo a un amiga
At 2:53 p. m.,
Anónimo said…
como leer una version erotica del quijote, bravo
At 7:45 p. m.,
Anónimo said…
es un fuerte comentario
At 1:04 p. m.,
Anónimo said…
Montura, que palabra más sugerente, a mí me sugiere tantos cosas, como carrera, lucha, control, entrega, erotismo, obediencia, dejarse llevar, abrirse a experiencias, montar, ser montada, cabalgar, ser cabalgada, la lucha que libramos en el acto sexual, la suave y violenta fuerza que debe tener el buen sexo, el sexo con pasión y amor, con ternura y brusquedad,
con ganas de recibir y dar, con ganas de domar y ser domada, de ser sometida pero con el propio consentimiento, con amor
At 1:27 p. m.,
Anónimo said…
finamente caliente
At 10:10 a. m.,
Anónimo said…
hermosa forma de transformar el amor de carne en palabras sutiles y bellas pero con apasionada fuerza
At 9:14 p. m.,
Anónimo said…
gueno lo de la montura y lo del caballero y exas cosas
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