Virtudes públicas, virtudes privadas

Con total naturalidad se paralizan los empleados públicos, en todos los lugares, en todas las regiones, mas los lugares públicos espiatorios que vieron como se fraguaba nuestro amor no se pueden paralizar, pasan en nuestras mentes como fotogramas en movimiento de mimo, se sumergen en nuestras carnes como los momentos que hemos vivido. No tienen detención, se movilizan cada segundo, maravillando como maravilló el comienzo del cine y poder hacer públicos los privados motivos del amor en tiempo real y 35 milímetros . No tienen detención, tienen combustible que hemos derramado en los besos furtivos de personas que quieren alardear públicamente el amor que se tienen pero en rincones "privados" de esquinas peatonales y de sillas reconocidas, bares lácteos de Moloko interminable, maridaje de carne y vino sin vino porque sólo vino la carne que no se paraliza y de manera natural asume su privada posición frente al mundo y a la vida acuática de un barco sin tripulación con el gesto de llegar a destino en cada puerto paralizado por nuestro amor público y privado.

(Foto: Roisin Murphy, Moloko)