PAUL ELUARD
una mujer que logra ocultar el sol bajo el paisaje de sus piernas en encuentros confiados en la luz de movimientos imposibles de débiles piedras de emociones fuertes en la boca los labios en los ojos que se parecen a todo y rozan las sombras en el mismo punto en que los caminos se cruzan en un viaje disimulado tranquilo dividido que abandona los colores de su rostro y desaparece en las hojas del día como un milagro para olvidar en una larga y profunda noche que se pierde de vista sin comprender por qué hay ojos que se levantan en un gesto que no significa nada entre todos los gestos y se visten hasta estallar tan fácil e insensibles sin excusas como un dolor futuro en el aire y las luces alrededor de su boca con una risa siempre en los besos siempre diferentes ( en todos los besos ) en el tiempo que entra en ella bajo grandes ojos para ver más lejos sobrepasando los movimientos y las caídas que todo lo deforman desaparecen y vuelven y nunca es lo mismo cambiando de color los errores han sido más nuevos en sus manos mudas de tanto hablar sola ECHÁNDOSE AL HOMBRO SU PEQUEÑO CORAZÓN con tranquilidad con calor toca la tierra y sus palabras se cubren y se duermen sin saber lo que pasó al lado hace unos días con besos al aire cerrar los ojos busca la noche más larga en signos de un mundo de ojos cerrados por la costumbre entre una hora y otra el camino más largo y las manos rotas huyendo en pocos segundos bajo el agua tan suave que se quiebra en la risa de su cuerpo antes de dormir se balancea siguiendo sus miradas cubiertas bajo su figura desnuda sus hombros y los arcos los velos siempre tristes no esperar sin querer y brilla como un ángel que asciende y desciende entre espacios invisibles en la calle y se persiguen sin confiar en los cambios del cielo
1 Comments:
At 9:42 a. m., Anónimo said…
UNA VEZ ME ECHE AL HOMBRO MI PEQUEÑO CORAZON Y ME ACORDE CON LO QUE LEI AHORA. GRACIAS
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