Palabras de Sushi

PAU:
Y el arribo a La Serena nos conectó, nos apegó, nos revivió y nos tiene sumergidos en una maratón fantasiosa de espíritu, magia, carne y vaho amatorio. No nos olvidamos de nuestra morada púrpura-rosa, no nos permitimos olvidarrnos, pero era tan esperado este encuentro que se nos van los minutos, las horas, los lugares.... Que el faro se hizo historia, que la ciudad arquitectónicamente colonial se tiñe de la misma embestidura testimonial pasionaria que la tierra penquista que nos espía, que la luna sigue siendo llena igual que el día en que el sushi, el regaloneo y el beso de despedida se transformó en bienvenida a un mundo nuestro, que se instruye, se construye y se reconstruye paso a paso.
Que el paso del tiempo no nos congeló el sentimiento, que nuestros besos siguen teniendo ese encanto de amantes en peligro de ser descubiertos, que mi cintura necesita tus manos, tus brazos, que tu dorso necesita de mis caricias, que estamos juntos y que nada más nos importa, que los obstáculos son irrisorias nubes que se descomprimen con el sol de verano, que lo importante es lo que vivimos, que nos amamos y que nos necesitamos.
Que te amo.. si... eso es lo importante.... y ustedes.... que son nuestras improvisadas y necesarias galerías de espectadores de todas partes del universo, de países cercanos, lejanos, virtuales, terrenales, grises y celestes... ustedes son nuestros mejores testigos de lo hermoso de nuestras vidas.

MARCO:
La sonrisa de Mona Lisa, rasa, llana, en vuelo rasante hacia los rincones que viven en nosotros y se reconstruyen en una ciudad que sonó algo lejana al comienzo, pero que estaba más cerca de lo que pensábamos. Mona Lisa sonriendo a la cámara en una época en que no existían las cámaras, Mona Lisa Superstar bailando rodeada de blancas pasiones que la agitan hasta terminar con toda la agitación. Carne agitada rodeando nuestros agitados corazones, Mona Lisa acompañada de un mono con navaja. Un cumpleaños de mono que transcurre hacia adentro de nuestras pasiones, de nuestra pasión turca que ondula desde el hambre de nosotros hasta la sed de vida larga, de un día largo que se nos hace tan corto en nuestra morada, tan morada porque nos fundimos maratónicamente hacia la eternidad de nuestras almas.



Dedicado a todos los visitantes a nuestra casa virtual que pronto será colonial, serenense y familiar...