Pau y la danza de los cinco velos

...Cubriéndolo todo sin temor ni precariedad, con la inmanencia que se puede ver en los clásicos de fútbol, transformándose en Salomé bailando la danza de los cinco velos, porque los otros dos se los quitó al bajar del ascensor. Con amor se mueve hacia la pantalla, con amor sin límite, tan único que ni se nota que ha quitado dos velos más. La agitación crece de manera noble y robusta se impone llenándolo todo de calor y de sonidos suaves, como Portishead cantando "Without you, I´m nothing" de Placebo, pero sin ningún tipo de placebos ni sucedáneos ni maquillaje y con fuertes sampleos de la vida, sampleos de los momentos juntos para repetirlos en un loop infinito o "infinito mil" como dicen los niños. Enfrentar como niños a los regalos que esperan en Navidad. Enfrentar las cámaras con la tranquilidad que le da saber que todos desean empaparse de lo que transmite. Se quita otro velo, el rojo con piedritas y se va acercando al centro de su corazón que ofrece con sus dos manos y no se pierde en el aire, sino que se cuela furtivamente por todas las rendijas que no han sido cubiertas con Tesa, porque la cinta Tesa de doble contacto no es compatible con el amor de doble contacto, transparente y luminoso, que luce grandes regalos que parece lucir en la bandeja con tapa que lleva. Se quita otro velo más y ya se pueden entrever los detalles que la hacen únicamente única cada vez que presenta un espectáculo de vida inmensa diariamente creciente por cada uno de los lados claros de la Luna que iluminan los paseos por sus zonas doradas. Se quita el último velo y exhibe sin pudor todo lo que tiene en ánimo, levanta la tapa de la bandeja y ofrece su creciente corazón.