CATÁSTROFE CLIMÁXTICA
Esos cuerpos desnudos del alma, sudados empalagosamente en cada poro de la estructura física que les dio la naturaleza de humanoides capaces de sentir, gemir, jadear y vivir al otro en cada espacio vacío y cada espacio lleno de potencia viril, cada rincón jugoso de la fisura cárnea femenina que corre como mar mediterráneo al oler la humedad fogosa del nadador que quiere llegar a las boyas reflejadas en sus tumultos y erectos trozos de carne que brotan del pecho de su madriguera y que al pasar de los segundos, los minutos no llegan a la hora señalada y se frustran por no cumplir con la carrera más importante del momento en que comenzaron a sacarse las ropas esa tarde de invierno, que furtivamente puedo asegurar que no es esta tarde. Comenzará una nueva competencia, rezaremos porque no vuelvan a sufrir una catátrofe climáxtica y puedan cantar victoria al estertor de sus tiritones, gritando a los cuatro vientos ¡Que viva Chile y que jué!
1 Comments:
At 9:12 p. m., Anónimo said…
güena guena
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