PAU Y MARCO DESPUÉS DEL POSTRE

TE AMO

viernes, abril 28, 2006

PICASSO, GOYA Y MIRÓ EN LA ESTACIÓN MAPOCHO


Hasta el 18 de junio.

El poder de las palabras que no han sido dichas y distorsionan lo que hemos visto pero no lo que vemos.
Catalán con humor,
¿humor o son realmente amebas jugando con pájaros? Escenografías del diario teatro del sueño que arrancan de las dos dimensiones para tener una o ninguna y volver a las dimensiones que conocemos con siluetas y acentos de colores amarillos, azules y rojos. Matar la pintura para seguir haciendo pintura, para que incluso una escultura fuese la escultura de una pintura y el surrealismo fuese concreto y tan temporal rasgando la tela para remover los colores amarillos y poco conocidos sobre tanto vidrio que crece y crece recibiendo medallas que no se parecen a sus cuadros pero sí a las pelotas de fútbol usadas en el mundial de España ‘82.
Una mujer, un pájaro y una estrella. Mujer-pájaro con una estrella suspendida en las plumas azules y rojas de un pájaro con alas de mujer-estrella sin angustia porque, después de todo, sólo es un juego que se gana con las purezas
amarillas, azules y rojas como paisajes fragmentados por otros pintores y unidos por su propia familia.

Dedicado a mi dulce amor, Pau, por imaginarnos y porque miró a Miró y miró y miró hasta que nos miramos los dos.



Nos gusta mucho
que les guste
 
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