EN LA ARENA

Encadenados, atados a la eternidad que permite caminar, al río de letras que corre porque tiene que correr. Correr desde el exceso hasta las puertas de acero y los ruedos de compulsión, compulsivos para envolver lo que se expone tanto, envolver las taurinas formas de la única corrida que debe prolongarse desde tu piel hasta nuestras vidas rojas de tanto torear de la noche a la mañana en la arena de las sábanas que envuelven el ritmo taurino de los encuentros de amor. Escribiendo entre líneas las líneas entre las letras de tu piel movediza por la humedad que se hace cadena y luego aro y luego anillo para viajar eternamente por el ruedo, dejando caer la capa, el capote, las banderas y la arena que se pega entre nosotros y se hace agua que tragamos nuevamente en cada encuentro de amor.

Te amo