El fado del amor, el de tu amor, el de mi amor, el de nuestro amor....

Tarde de frío, soledad que atormenta, notas melancólicas de Madredeus, un fado menos triste que el de Misia, pero con el mismo nostálgico recuerdo de nuestros encuentros colmados de pasión. El disco de Misia me lo regalaste con una dedicatoria hermosa que me hizo reafirmar tu sentimiento hacia mí. En cambio a Madredeus la conocí hace 15 días, cuando me entregaste una bolsita roja sin cerrar de La Feria del Disco con una sorpresa, un disco de un "fado más alegre", Madredeus, y abrí el envoltorio y lo colocaste en el dvd del departamento de tu hermano mayor, y con ese fondo musical magistralmente delicado, hicimos el amor con todo nuestro amor. Por eso hoy, escuchar a este ahora conocido Madredeus me llena el alma, pero inevitablemente invaden lagrimitas en mi rostro sin contención, pues tu ausencia física me angustia y sólo la puedo superar recibiendo tu presencia del corazón, conectándonos al virtuoso mundo cibernético y unirnos en teclaminosas palabras de esperanza hacia un futuro no sólo unidos, sino que juntos por siempre.

Te amo Caramelito Almendrado.